Encuentro de ciudades perdidas

Ciudades perdidas en tu pecho,
cual peste voy navegando entre tus profundos ríos,
agitaciones malsanas,
tiemblan mis radiaciones
al tocar tu muriente soledad putrefacta,
nos enlazamos en desesperada entrega,
tu malsana mente
y mi ahogado cuerpo,
entre la podredumbre de lo que
ahora son nuestras defenestradas polis,
abandonadas a la muerte ingrata,
del sabor amargo,
de este,
nuestro último encuentro.



Pintura de Johan Barthold Jongkind
Escribe: Liz Matta Durán

Ser alguien, ser nadie

Cómo se es alguien
en la tierra de nadie,
cuando el viento, aire,
suelo, hieden a acritud y podredumbre
                                    (podredumbre exquisita)
cómo se es alguien
ante el dominio de invisibles dedos,
acariciadores lascivos,
envolventes,
cuando ser presa se torna irresistible,
el fango del smoke una vorágine calamitosa,
infierno que parece cielo,
cielo de inciertos ,
infames rostros de otros borregos
              (caminamos todos, presas ignorantes)
pastando todos del mismo contaminado pasto,
cómo ser alguien,
cuando todos iguales
y la misma mano,
la misma mano,
traza nuestros movimientos,
mientras nosotros pastamos,
solo pastamos.

Escribe: Liz Matta Durán