Conversaciones y gardenias

- I -
Regresó a sembrar gardenias.
Pero muy pronto se dio cuenta de que estas nacían muertas

- II -
El joven era del color de las gardenias, con un toque oscuro, con cierto aire bizarro. Pero las gardenias estaban muertas. Y ella solo lloraba en silencio.

- III -
La primavera se había disfrazado de Muerte. Y es que ella tanto amaba el fuego de las tardes y las fragancias de las flores que la muerte ataviada de gardenias y telarañas la miró absorta. 
Y luego miró al de la piel sonrosada. 
Lloró. 
Lloró con todos los mares del infierno desbordandose por las vacias cuencas orbitales,
 lloró la lava del muerto sin pariente, 
la lava del muerto sin querencia , 
la lava del dolor sin remedio. 
Cogió entre sus óseos dedos el rostro de ella, 
la gardenia entre gardenias, 
la del sufrimiento sin sentido y amor por lo inhumano. 
Y ambas se tomaron de las manos. 
Se estremecieron. 
La muerte deshecha en llanto, comprendió…






(Pintura de Marianne Hornbuckle,"White Gardenias")
Escribe: Liz Matta Durán