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 llegamos con muchas maletas de viaje que dejamos con rapidez en las habitaciones y luego directamente al salón del primer piso, paredes altísimas de un verde oscuro en el que se reflejaban las tenues luces doradas de las lámparas araña, un efecto atemporal si veías con atención a los demás viajeros, actrices la mayoría, unos cuantos piratas o con la traza de eso, todos conversando amigablemente, en el fondo estabas tú, pequeña o pequeño, el rostro destruído y acusador. Viré la mirada, mi acompañante de turno era un hombre detestable, de los que te hacen preguntar cómo diablos llegué aquí con ... .

Una pareja a la derecha de tu mesa discutía asuntos financieros, el costo de vida actualmente estaba muy caro y había que viajar a francia, todo es mejor en francia, que la abuela daría buenos instructivos a la menor rebelde, una niña pelirroja enfurruñada con el aura de una actriz de cincuenta años. Más fácil mirarlos a ellos que a tu mesa, evidentemente. Pero entonces te acercas bruscamente y tu rostro a unos centímetros, un o una alienígena hermosa y destruído, las mejillas con cráteres como chacras abiertas, como tierra marciana, rojísima en algunas partes y costras por el mentón. El silencio un alma en pena entre nosotras. Siempre olvido las orientaciones, por ejemplo hace veinte años eras un muchacho de ojos limpios recuerdo, así que trato de enfocarme en los ojos, pero la acusación es implícita. Yo he causado los estragos de tu rostro. No hay necesidad de hablar. La fealdad lo suple todo en este momento. Eres feísima como una diablesa, pero también me pareces sabia, muchacha perdida, pienso. Tuve que partir, simplemente era tiempo, le cuento bajito, por si se molesta y llora. No sé cómo enfrentar el llanto de alguien querido luego de tanto tiempo de ausencia. Y además ahora es otra, con el pelo cortísimo, triste y hermosa a la vez, pero acusadora también. Se ha matado el cascarón en mi ausencia, yo lo pienso y ella lo piensa.

No sé qué más decir.

Pero hay vuelo hoy para francia a las ocho de la noche. Eso es lo seguro

Cuando vuelvo la vista a la otra mesa la niña pelirroja ha desaparecido.

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en la alteridad Pita Amor conoce a Eunice Odio y
quedan flechadas de algo más allá del entendimiento humano,
la sensación que solo sufren en frenesí los seres de luz
o reptilianos locos del silencio más atroz al contemplar la verdadera luz aflorar
del llanto primero del andrógine escarlata

25/07/19

la casa de mi novio era de tamaño considerable, dos pisos y cortinas oscureciendo la fuerte luz matinal. Mi novio tiene dieciséis y el pelo negro y corto, es bello pero no importa. Estoy segura de que le quiero y que por eso estoy aquí. Ni bien termino de subir al segundo piso veo una cama amplia de dos plazas más o menos y mi novio quién sabe dónde, pero su madre está y me recibe bien - ¿o mal? no recuerdo.
No sé cómo pasa pero estamos las dos sentadas al borde de la cama. La señora de unos cuarenta más o menos, también pelo corto y oscuro, que es exactamente igual a la señora de un meme que pasó de moda hace mucho tiempo, dice que debe extraerme el tumor, que es peligroso, que piense en su hijo. Entonces me inspecciona la cabeza y me somete prácticamente, me tiene acurrucada muy cerca a ella y empieza a tironear una hebra rojoscura de mi fosa nasal izquierda, aquí está -dice-, no me muevo, por primera vez siento que tengo una cosa dentro de la nariz. Ese. Es. El. Tumor.
La vieja jala y jala, yo me revuelvo un poco y trato de ser de ayuda no moviéndome tanto como para estorbarla, de pronto me arranca la hebra y la hebra que extrae va unida a una cosa sanguinolenta y oscura que palpita levísimo. Estoy azorada, ya no me importa el chico. he tenido esa sanguinolencia creciendo en mi nariz todo este tiempo. ¡Es absurdo!
Luego despierto del sueño, creo y me sueno con fuerza la nariz y siento la protuberancia coagulada en la nariz. Creo que me la logro quitar. O no sé. Mi casa tiene un piso y mi novio treinta y picos. Estoy segura de que le quiero y que por eso estoy aquí.





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pobre corola de mi sexo que te piensa sin descanso
como el globo que suelta la magda
gime el globo magda sobre el jacarandá
elevo una idea al cielo negro
pobre corola de mi sexo
se me escapa en mar abierto
pobre corola de mi sexo
porque está y no
y yo te quiero
como la magda a su globo eterno
esto debo decir
como una balada que sale de mi pecho
y no de la FM
El nuevo éxito será: yo te quiero, mi píxel eterno
mi jacarandá jacarandá
mi conejo oscuro
por siempre siempre

Mil rostros más

El asesino está en el poema, Darío
¿Estamos existiendo aún?
A través de la estática oye la llamarada
Despliega el alma de la retina abisal y abrázame,
por sobre la oscuridad que tejen nuestros muertos
reptan por el hórrido sueño 
mil arañas silenciosas
guijarros agitados y solitarios 
La estática lo cubre todo. Te pierdo. Te pierdo.
¡Sentí!¡Darío! ¡Sentí! El esplendor del poema y su caída descomunal.
Mis manos tiemblan y no te hallo
Este cielo de horror lo cubre todo.
¿Estamos existiendo aún?


Debajo de ti

/Porque debajo de ti, no hay nada más que la soledad que dejan los desastres naturales,/
/el hombre se borró para dar paso a la decadencia de un puro consumiéndose/
/Y el correr del tiempo/
/Violento, fatal, estadístico./




19.01.16
Limadu

Sendero de piedra

Desviste la memoria
del ardor de los viejos tiempos
El yo cabalga solo
No hay emblema
La bruja, el hado
muere de espanto
en el valle del gris trepanado
Le han salido plumas blancas
bajo el cielo nublado
El yo cabalga solo
Abajo, en la huerta de madre
en los confines de la tierra
se le ha quedado la niña
llorando el destierro
del bienamado.




Reloj de arena


El azúcar se quedó en el fondo de la taza 
un pedazo del rostro de los demás
se descompuso en el té de las mañanas
Nos vimos y callamos
la oficina nos quedó grande
por primera vez

Se pierden los nombres siempre en el fondo
De las iglesias, de los baños, de las casas de cita
El fondo se invierte para ser cielo de azúcar

Al pie del gran reloj de arena
ojos enceguecidos 
cuatro presos 
se arrodillan para orar


Liz del R.

Atadura de metal

Nos hemos creado este mundo
con los resto de los restos
la voz     la nube   los sueños
Pero aun seguimos en el sueño
detrás del sueño detrás del sueño
La palabra nos ata
Nos ata
¡Siéntela!
Arriba está el niño jugando a los astros
Y nosotros abajo nos rompemos
como muñecos de papel